Nuestra mente es todo lo que tenemos. De ella proviene nuestro yo personal y profesional. Engendra nuestro éxito y nuestro fracaso. En ella residen nuestra fuerza y nuestras debilidades.

  Sabiendo que la calidad de vida depende enteramente de nuestra mente, es increíble que seamos capaces de llenarla con tanta basura. Resulta increíble la cantidad de mensajes negativos con los que nos bombardean a diario la televisión, la prensa, y otros medios de comunicación.

¿Verdad que nunca se nos ocurriría alimentar nuestro cuerpo únicamente con comida basura? Claro que no. Porque sabemos qué si solo comemos patatas fritas y helados sufriremos de manchas en la piel, aumento de peso y caries, entre otros efectos negativos.

   Pero en el caso de la alimentación basura de la mente las consecuencias físicas no aparecen de inmediato. Colmarla constantemente de pesimismo y malas noticias, causará su deterioro. Por lo tanto necesitamos desarrollar una mente fuerte, hercúlea.

   Desarrollar los músculos mentales nos dará la fuerza necesaria

para conseguir cualquier cosa que nos propongamos en la

vida. Por supuesto que requiere disciplina por nuestra parte, pero fijémonos en los mejores culturistas del mundo. No se limítan a aparecer por el gimnasio de vez en cuando. Se fijan un programa de trabajo y acuden al gimnasio todos los días,pase lo que pase.

   Firmemos un contrato con nosotros mismos como “directores

mentales”. Pensemos en cuál podría ser nuestro ingreso.